¿Cae la natalidad en España?



El INE publica regularmente notas de prensa con avances y síntesis de los principales resultados de fuentes estadísticas muy diversas. En la nota de hoy (22/06/2010), referida al MNP (Movimiento Natural de la Población) el titular principal era fácil: «El número de nacimientos baja un 5,0% en 2009, su primer descenso en 10 años».

En efecto, tras el espectacular descenso iniciado en 1975, los nacimientos tocaron fondo en 1996 y desde entonces habían aumentado de forma considerable (de 361.947 en aquel año, hasta 518.503 en 2008). La cifra para 2009, todavía provisional, es de 492.931, lo que supone un descenso del 5% pero, sobre todo, una inflexión de la tendencia anterior.

Este cambio de tendencia, claro está, exige que los demógrafos demos, al menos, dos tipos de explicaciones, una sobre los motivos por los que se ha producido este cambio y otra sobre la evolución futura más probable para dicha tendencia. Es importante que lo hagamos, porque desde otras disciplinas, como la economía o la sociología, aparecerán rápidamente explicaciones centradas en los efectos de la crisis económica actual, y se trata de una explicación, como mínimo, incompleta.

La causa del descenso, en términos de estricto análisis demográfico, no es sólo una, sino tres:

  1. Empiezan a cumplir edades fecundas generaciones cada vez más reducidas en su volumen, precisamente las que nacen tras el baby boom. Por tanto, a igualdad del resto de condicionantes, el número de nacimientos se ve afectado a la baja, y esta era una tendencia esperable y, de hecho, prevista en las propias proyecciones de población del INE.
  2. El extraordinario aporte de madres potenciales que ha supuesta la intensísima inmigración de los últimos años está remitiendo. El efecto es el mismo que en el factor anterior: menor incorporación de nuevas personas en edad fecunda y, por lo tanto, menor número de nacimientos. De nuevo este no es un factor demasiado sorprendente, porque aquellos saldos migratorios que habían superado los 700.000 personas anuales constituían una anomalía histórica que difícilmente podía prolongarse en el tiempo.
  3. Por último está el posible cambio de comportamiento respecto a la fecundidad. Mientras que los dos factores anteriores son «estructurales», este es «actitudinal»: las mismas personas que en otras circunstancias tendrían un mayor número de hijos, se colocan ahora en situaciones lejanas ala procreación.

Pero incluso en la tercera causa cabe distinguir determinantes que nos son meramente voluntarios. Un condicionante fundamental de la fecundidad es la disposición de pareja, y en la propia nota de prensa del INE puede encontrarse una evidencia de que también este factor resulta relevante en la explicación del descenso del número de nacimientos, por el también pronunciado descenso de los matrimonios:

Nupcialidad en España, 1986-2009.

Claro que el descenso de la nupcialidad podría resultar de un aumento de las uniones no matrimoniales (de la formación de «parejas de hecho», por definición, nada puede decirnos el MNP). Pero lo más probable es que sean las uniones en general, las de ambos tipos, las que han disminuido, impulsando así el descenso de la natalidad.

Finalmente quedaría la propensión a tener hijos en sí misma, por parte de quienes se encuentran en las condiciones tenerlos. Muy probablemente este factor también se ha contraído, contribuyendo al descenso observado de los nacimientos, pero casi con toda seguridad no es el mecanismo principal, y todos los anteriores serían suficientes para dar cuenta de la mayor parte de tal descenso. Hay que tener en cuenta, además, que la decisión de tener hijos, y el número final de los que se pretende tener, hace mucho tiempo que se enmarcan en un proyecto de vida a largo plazo.

En sociedades como la española en 2009, el control que las mujeres pueden tener sobre su descendencia es prácticamente perfecto, gracias a la eficacia de los actuales métodos de planificación. Una coyuntura desfavorable, como la actual, impacta mucho más en el factor migratorio o en la formación de parejas que en los proyectos vitales de procreación. Ante una mala coyuntura, cabe esperar, lo que produce, en el lenguaje demográfico, un retraso del «calendario», pero no necesariamente un descenso de la descendencia. Sólo si la crisis se prolonga de forma importante en el tiempo la espera puede llegar a ser excesiva e impedir la realización del proyecto vital. Pero la menor natalidad de 2009 todavía es muy temprana para aventurarle explicaciones basadas en el descenso de la fecundidad.

Respecto al futuro sabemos algunas cosas. Las generaciones que empezarán su vida fecunda en los próximos años serán cada vez menos voluminosas, porque son las nacidas en los años ochenta. Si no incrementan desmesuradamente su fecundidad, cosa poco probable, esta evolución impulsa la continuidad del descenso de los nacimientos. Pero la superación de la crisis económica y, sobre todo, la del desempleo, puede compensar al anterior factor influyendo en el resto de mecanismos: incrementando la inmigración, favoreciendo la formación de parejas, y permitiendo a las mujeres realizar sus proyectos de maternidad o recuperar los que venían postergando. Nada está escrito aún, y 2009 es sólo un año. Los hijos son para toda la vida.


  • Mi compañero y amigo  J.A. Fernández Cordón ha enviado un texto relacionado con este post. Lo he convertido a su vez en otro post, que puedes encontrar bajo el título «Natalidad: ¡se nos van las cigüeñas!«
  • También puede que quieras escuchar una entrevista radiofónica en la que traté el tema. : Cae la natalidad un 5 % (La Mañana en Vivo, en RNE)
  • La nota de prensa del INE a la que me refiero más arriba y de la que he extraído el gráfico puedes encontrarla en la web del INE, en la pagina que contiene las notas de prensa
  • En los medios catalanes también se ha solicitado la opinión y aclaraciones de un experto, y ha sido Albert Esteve Palós, otro amigo y compañero demógrafo, quien les ha atendido. Puedes encontrar dos entrevistas televisivas btv y tv3: http://www.btv.cat / http://www.tv3.cat
  • Un comentario en “¿Cae la natalidad en España?”

    1. Pensar que la crisis es pasajera es como mínimo, ingenuo.
      La crisis empezó allá por el 2008 y lejos de remitir, más bien parece que se agrava por momentos. Estamos ya en 2015 y ni el paro desciende ni los salarios y demás condiciones laborales mejoran.

      La crisis es profunda y estructural y afectará a las generaciones venideras con mucha más intensidad que actualmente si cabe debido al aumento de población mundial y a la degradación medioambiental. Lo que unido a la automatización de procesos agrícolas e industriales, destruirá aún más puestos de trabajo.

      Hay que ser muy egoísta para traer hijos al mundo en estas condiciones.

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